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La separación, divorcio o ruptura de la pareja es siempre un trámite emocionalmente difícil y doloroso. Una vez tomada la firme decisión, debemos tener en cuenta diferentes consideraciones para hacer más soportable la situación e intentar alcanzar un acuerdo sobre las medidas que regirán después de la ruptura :
• Estar asesorado desde el primer momento.- Sin duda, hay que estar asesorado por nuestro abogado/a de confianza desde el primer momento. Ello nos permitirá conocer nuestros derechos y posibilidades y además evitará que podamos realizar cualquier actuación que pueda perjudicarnos en un momento posterior.
El abogado/a iniciara los trámites de negociación para poder llegar a una solución amistosa del asunto (separación, divorcio de mutuo acuerdo) y en caso que no pueda alcanzarse ningún acuerdo, iniciará el procedimiento contencioso.
• Mantener la calma y negociar.- Aunque, sobretodo en los primeros momentos , puedan vivirse situaciones con mucha tensión emocional y de total desacuerdo entre la pareja, debe mantenerse la calma y el respeto familiar en todo momento. Es aconsejable dejar que sean los abogados quienes negocien entre ellos, a fin de evitar mayores controversias entre la pareja.
• Mantener a los hijos aislados de las desavenencias familiares.- Cuando existen hijos menores, no se les debe ocultar la realidad ni mentirles. Se les puede informar con el lenguaje adecuado a su edad de lo que es una separación y lo que significa que sus padres ya no estén juntos, manteniéndoles siempre alejados de cualquier conflicto y toma de decisión que corresponda únicamente a los progenitores.
El interés del menor es el más necesitado de protección en cualquier ruptura matrimonial, por lo que cualquier acuerdo o medida que se tome respecto a ellos, debe tener como criterio rector el beneficio del menor.
• Seguir asumiendo los gastos familiares.- Desde el momento inicial de la decisión de la ruptura de la pareja hasta que finalmente se obtenga un acuerdo o Sentencia judicial suele pasar un largo periodo de tiempo. Durante ese periodo ambos cónyuges deben seguir asumiendo todos los gastos familiares (vivienda y necesidades de los hijos) hasta conocer cómo se satisfarán esos gastos después del divorcio.
Lo más aconsejable es que las medidas de la separación o divorcio se tomen de mutuo acuerdo, especialmente si existen hijos menores. En este supuesto, los acuerdos alcanzados se plasman en un Convenio Regulador y Plan de Parentalidad que será homologado por el Juzgado. Este procedimiento es más rápido, más económico y supone un menor desgaste emocional que el supuesto en que haya de acudirse a un procedimiento contencioso en el que es el Juez quien acuerda las medidas que regirán la separación, divorcio o ruptura de la pareja teniendo que pasar los partes por los trámites de un juicio.