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Planificar qué sucederá con nuestros bienes en el momento de nuestra defunción es importante y conveniente sea cual sea nuestra situación patrimonial y familiar.
Detenernos a reflexionar y planificar nuestra sucesión supondrá:
– Cumplir nuestros deseos, pues nuestra sucesión se regirá según lo que qué hayamos dispuesto.
– Evitar más de un quebradero de cabeza a nuestros herederos, evitando costes, juicios y disputas entre ellos.
– Una planificación financiera y tributaria de la herencia, para minimizar el impacto de los impuestos y prever que los herederos dispongan de dinero suficiente para el pago de dichos impuestos y demás gastos que supondrá la aceptación de la herencia.
Si no se planifica la herencia, la ley lo hará por nosotros (sucesión intestada), sin contemplar nuestra situación particular. Si no se realiza ninguna disposición testamentaria, serán herederos las personas que la ley determina, pudiendo incluso llegar a heredar la Generalitat de Catalunya. Evitar esta situación es sencillo.
Herramientas de planificación de la herencia.
Los instrumentos legales que podemos utilizar para la planificación de la herencia son:
1.El Testamento (sucesión testada)
El testamento es el documento mediante el cual una persona deja por escrito su voluntad sobre cómo han de repartirse sus bienes cuando fallezca. Es la opción más sencilla y barata que tiene una persona para transmitir de manera ordenada su patrimonio a sus herederos y es la más utilizada.
A través del testamento, podremos designar quién y cuánto heredarán, y en qué condiciones. Se pueden designar usufructuarios, fideicomisarios, albaceas, establecer condiciones, etc.
Especial relevancia cobra la necesidad de hacer testamento en caso de padres cuyos hijos hayan sido incapacitados judicialmente. En su propio testamento, los padres cuyo hijo ha sido incapacitado judicialmente pueden realizar testamento en nombre de su hijo (sustitución ejemplar). Una persona incapacitada no puede otorgar testamento por tanto, con la sustitución ejemplar, como mecanismo de protección del incapacitado, se prevé el destino de sus bienes y se evita la sucesión intestada.
Además, también en el testamento, o escritura notarial, los padres cuyo hijo ha sido incapacitado , pueden nombrar las personas que quieren que sean tutores cuando ellos falten (delación). También se pueden nombrar aquellas personas que No se quiere que sean tutores.
El testamento puede modificarse y será válido el último realizado.
El testamento es por tanto, una herramienta que nos permite realizar múltiples disposiciones sobre nuestro patrimonio.
2.-Pactos Sucesorios (sucesión contractual)
Es un instrumento que sólo se admite en determinadas comunidades autónomas (Cataluña, Aragón y Galicia).
Es un vehículo ideal para organizar la transmisión del patrimonio familiar, porque permite ordenar la herencia futura por medio de un contrato en que las partes (conyugues, parejas de hecho o parientes ) pueden nombrar heredero y también hacer atribuciones particulares de herencia.
En general puede decirse que el Pacto es irrevocable (con excepciones), a diferencia del Testamento, por ello conlleva más seguridad y confianza en que no será modificado.
Al igual que con el testamento, hay muchos aspectos que podemos regular con los pactos sucesorios y que son fundamentales para el desarrollo y el futuro de la empresa familiar. Podemos utilizarlo para designar al heredero, también para asignar elementos individuales de la herencia a ciertos beneficiarios (por ejemplo las acciones de la empresa familiar), establecer condiciones, etc.
Por tanto, son muchos los escenarios que el Pacto Sucesorio puede regular, siendo una gran herramienta para organizar con éxito la sucesión y continuidad del patrimonio y empresa familiar.
Aunque planificar la sucesión puede ser un acto aparentemente sencillo, su transcendencia es absolutamente relevante, por lo que siempre debe estar precedido de una seria reflexión, consenso familiar y asesoramiento por un experto en la materia.